He vivido y estoy viviendo momentos de cambio en mi vida profesional, y por qué no decirlo, también personal. Pero gracias a dios que estoy rodeada de luz, de pequeños ángeles, de grandes personas que me han ayudado.
Pero también noto que yo misma he crecido. En otro momento de mi vida me hubiera preocupado más por ciertas cosas, me hubiera hundido y hubiera dejado que me pisotearan y riesen de mí, pero he evolucionado. Ya no actuo igual que hace unos años, o que hace unos meses.
Gracias a esas personas que confían en mí, más de lo que yo confío en mi misma. Así que por ellos haré el esfuerzo, y luego por mí, por supuesto. Porque ahora siento que puedo hacerlo, que tengo que hacerlo, el coger mi trono y coronarme.
Agradezco también este cambio a la meditación. El hecho de centrarme en mi misma, en estar en el presente me ha dado una visión distinta de las cosas, pensando en mí, hacer caso a mi intuición y a mi corazón sin dejar que el lado material me nuble. Me ha ayudado a alcanzar un nivel de serenidad que ni yo misma conocía a mí. Dejar a un lado los impulsos y ver lo que verdaderamente importa.
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